Les contaba que lo más emocionante en cualquier proceso creativo de transformación de un espacio es comprobar que hemos colaborado a cumplir los sueños de los usuarios.
Para conseguir eso es necesario realizar una serie de acciones, bien organizadas para lograrlo. Es de vital importancia que en cada una de estas etapas se trabaje con profesionalismo, que se disfrute del proceso, que se cuiden todos los detalles y que nunca se pierda de vista el objetivo.
En nuestra firma de diseño nuestra misión es ayudar a las personas a vivir mejor y siempre trabajamos con pasión teniendo esto en mente
1. Conocer el sitio
Diseñar un espacio sin haberlo visto antes es más complicado por lo que para nosotros es indispensable hacer una visita al lugar, entender el entorno, comprender el contexto, analizar la entrada de luz natural y sentir el espacio. A partir de esto es más sencillo iniciar el diseño.
2. Comprender las necesidades de los usuarios
Esto es vital para el buen desarrollo del proyecto, pues es a partir de lo que buscan los futuros habitantes del espacio que podemos desarrollar un concepto y una idea rectora. Muchas veces en este proceso es necesario ayudarlos, esto lo hacemos a base de preguntas y después con imágenes para que podamos alinear lo que decimos con lo que imaginamos.
3. Desarrollo del proyecto
Esta etapa es probablemente la más cambiante, en este tiempo se estudia con detenimiento lo que se puede hacer con los recursos existentes y se analizan todas las posibilidades para hacer una buena propuesta es necesario dedicarle el tiempo necesario a este proceso, luego dejar reposar un breve tiempo el proyecto para volverlo a ver con una perspectiva distinta.
4. Presentar ideas
La presentación del proyecto es una etapa muy enriquecedora, pues es cuando se intercambian ideas con los clientes, ellos entienden lo que se les está ofreciendo a partir de que les mostramos una maqueta virtual en donde pueden ver todos el espacio, con los acabados, con una gama cromática, con mobiliario, iluminación y cada pequeño detalle que forma parte del diseño.
5. Retroalimentar la propuesta
Esta etapa puede alargarse bastante, pero lo más importante no es el tiempo que se le dedique sino la calidad de él. Es indispensable comprender exactamente qué es lo que se busca y reflejar en el diseño lo que sueñan. Reflexionar cada uno de los comentarios que hacen los clientes para estudiar la posibilidad de integrar todas sus ideas considerando siempre beneficiar al diseño.
6. Ejecutar el proyecto
Sin duda alguna esta es la etapa más larga de todo el proceso, en esta casa en la playa la ejecución del proyecto completo llevó más de dos años. Lo principal en este periodo es supervisar cada mínimo detalle para conseguir la calidad esperada. Para nosotros es indiscutible siempre buscar la excelencia en todo lo que realizamos.
7. Entrega
Sin duda el momento más feliz es ver a nuestros clientes sonreír o llorar de alegría, estos sentimientos no tienen precio. En muchas ocasiones para lograrlo, pasamos noches sin dormir, días sin comer pero estamos más que convencidos de que vale la pena.
Son momentos que atesoramos en el corazón para toda la vida.
Lo más emocionante de todo es que amamos lo que hacemos y gozamos haciéndolo, aunque no puedo dejar de comentarles que a veces se sufre un poco o un bastante, pero estoy convencida que es parte del proceso y es necesario estar dispuestos a pasarla mal para llegar al resultado.
¡Hasta la próxima!