De pequeña imaginaba que las bibliotecas eran lugares mágicos, donde se escondían hermosos y fantásticos tesoros. ¿Cómo no recordar la biblioteca del abuelo? No faltaba el polvo, algunos libros desvencijados, otros antiquísimos o quizá incunables, algún retrato tétrico de un ancestro, una caja pequeña que, con toda seguridad, en el pasado había escondido algún secreto inenarrable.
Han pasado los años y, aunque las bibliotecas nuevas han adquirido la imagen del diseño de los tiempos actuales, buscando la comodidad y la paz de sus usuarios, no dejan de sorprendernos, pues nunca dejarán de albergar a esos importantes amigos que nos interpelan en lo más profundo de nuestro ser: los libros. A la fecha sigo pensando que los espacios con libros son lugares mágicos y, como decía Jorge Luis Borges, “siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca.”
Los libros son como cajas con paredes de papel y tapas de cartón que encierran la historia de grandes personajes, la vida de grandes villanos y grandes santos, narraciones de amores y venganzas, poesías e ilusiones, tragedias y hazañas nobles, cálculos y ecuaciones, ideas, descubrimientos, pensamientos, partituras, sueños… guardan entre sus letras a la humanidad entera. Son como espejos, donde todos los humanos nos reflejamos, nos encontramos, nos comprendemos.
Actualmente se publican, a nivel mundial, aproximadamente dos millones de libros anuales, lo que equivale a seis mil diarios, es decir: 210 por hora. Por lo que queda claro que los libros seguirán existiendo por mucho tiempo, formando parte de nuestra vida diaria.
Otros datos interesantes indican que de los 37 millones de libros que se venden al año en el mundo, solamente 2 millones de ejemplares son digitales; es decir, únicamente el 5.4% no es en papel. Probablemente, la cifra del consumo de libros en línea aumente con el tiempo, pero veo lejana la desaparición de ellos.
Como dice un buen amigo: “la idea de que el libro impreso va a desaparecer es una enorme falacia”, y coincido plenamente con él.
Independientemente del placer que produce leer un libro en papel, algunos libros son verdaderas piezas de arte que también pueden funcionar para complementar cualquier espacio, creando ambientes entrañables y acogedores.
Siempre había soñado en hacer un libro grande, pesado de muchas páginas, de pastas duras, que fuera vistoso y que además fuera una pieza que cualquiera desearía tener en su mesa de centro. Este proyecto lo tenía en mente desde hace varios años hasta que me decidí a convertir el sueño en realidad.
Se llama “HOGARES” porque el libro trata sobre la importancia que tiene saber disfrutar de una casa y la manera en que se convierte en hogar. A lo largo de las casi 400 páginas, muestro una gran variedad de imágenes capturadas por mí, que se colocaron por tonalidades cromáticas, con las que busqué compartir contigo mis ojos para que, por un momento, veas los colores del México mágico que he vivido, de los rincones del mundo que he caminado y de los amores que me han inspirado.
Para mí, un hogar es ese lugar especial de ilusiones y magia, donde las risas son la música cotidiana, el ejemplo la mejor educación, la generosidad es el idioma común y los sueños no tienen fronteras.
De todo corazón deseo que siempre puedas disfrutar de tu hogar.
¡Hasta la próxima!