Para diseñar una casa o remodelarla y plantear un proyecto integral de diseño de interiores, suelen preguntarme: ¿qué es lo más importante?, ¿tienen prioridad los acabados, o la elección del mobiliario?, ¿nos enfocamos en la distribución o en la decoración?, ¿la selección del color es antes que la elección de materiales? En realidad todo importa, cada elemento y cada enfoque en el diseño agrega valor. El orden para ir tomando elecciones depende de muchos factores, pero cada decisión que se toma en el proceso va a influir en el resultado para bien o para mal.
Existen muchas metodologías para enfrentar un proyecto, considero que no hay una mejor que otra, lo emocionante de hacer un trabajo creativo es que hay innumerables respuestas para el resultado y cualquiera puede ser la correcta.
Entonces, ¿por dónde empezar? teniendo claro el objetivo, la primera pregunta que tenemos que contestarnos es ¿qué queremos lograr?. Una vez teniendo muy presente el concepto y conociendo la meta, podremos ponernos manos a la obra. Este proceso es muy delicado y mi recomendación es realizarlo sin prisas sin carreras: Darnos el tiempo necesario para reflexionar y analizar, consultar fuentes, estudiar, observar y conocer muy bien a los futuros habitantes del espacio. Este proceso es una inversión de gran trascendencia, pues esto sin lugar a dudas se verá reflejado en el diseño.
He dedicado innumerables días y muchas horas de mi vida a visitar casas y verdaderamente se me estruja el corazón al ver tantos proyectos mal logrados, no pensadas, o muy poco pensadas, mal resueltas y definitivamente muy poco estéticos. Lo que me ha llevado a pensar que existen muchos profesionales que no le dedican tiempo suficiente a resolver conceptualmente el proyecto y mucho menos consideran al usuario, pues no imagino cómo alguien podría vivir feliz en lugares así.
Personalmente, es algo que me preocupa, pues definitivamente los resultados no son los mejores y hay personas afectadas, que viven todos los días en espacios poco amigables que no colaboran a su bienestar, esto es algo en lo que tenemos que reflexionar profundamente como creativos.
Precisamente por eso considero que el diseño, es decir la concepción en la mente de cómo queremos que quede el espacio, es de las partes más importantes. Pensar es el trabajo de un creativo y en varias ocasiones no es valorado. Finalmente lo verdaderamente importante al diseñar es considerar a las personas, esto es lo que realmente interesa, quienes van a vivir y habitar los espacios que transformamos.
Un diseñador de interiores, interiorista, creativo, arquitecto o decorador, que no toma en cuenta al usuario, está olvidando lo más elemental. Siempre es necesario considerar a quien vivirá cada espacio que diseñemos, pensar en cómo funcionará cada elemento que integremos al proyecto y cómo hará sentir a sus habitantes.
Si tenemos claro desde el principio la trascendencia de nuestro trabajo y lo que repercutirá en la vida de las personas y le dedicamos tiempo a conocer cuales son los gustos y necesidades de nuestros clientes, podremos ayudarlos a vivir en espacios armonioso, bellos y placenteros. El goce más grande como diseñador que puede haber es colaborar en el bienestar y la felicidad de las personas, pues estoy convencida de que es más fácil ser feliz viviendo en un entorno hermoso.
Mariangel Coghlan