La semana pasada tuve la oportunidad de convivir intensamente con todo el equipo de la firma de diseño, arquitectura e interiorismo MARIANGEL COGHLAN en la hermosa ciudad de Morelia. Fueron unos días muy interesantes y llenos de buenos momentos.
Soy consciente de la importancia de realizar una planeación estratégica, tener clara la meta y hacer una pausa en el camino para repensar nuestra misión, reflexionar en lo que hacemos y por qué lo hacemos. La idea de este tiempo es valorar las buenas prácticas y analizar todas nuestras áreas de oportunidad con la finalidad de mejorar nuestros servicios de arquitectura y diseño de interiores.
Nos fuimos con mucha ilusión, con el objetivo de integrarnos más como equipo y con la certeza de que, después de este encuentro, podremos implementar nuevos procesos y mejorar los que ya tenemos. Trabajamos arduamente y concretamos una serie de propuestas novedosas para implementar en la firma, mismas en las que ya comenzamos a trabajar.
Hablamos de nuestro proceso creativo y, al compartir con el equipo mis reflexiones, me enfoqué en exponerles lo que considero la mejor forma de aproximarnos a un proyecto y de los cambios que hemos implementado a través de los años. Me enriqueció mucho escuchar su punto de vista y perspectiva. A partir de estas disertaciones, buscamos alcanzar la excelencia en nuestro servicio y brindar a nuestros clientes soluciones más originales, auténticas y prácticas para crear espacios más armoniosos y bellos.
Detectamos que tenemos que organizar mejor la manera de capacitar al equipo, especialmente a los nuevos integrantes que no conocen a profundidad nuestros valores y la esencia del porqué hacemos lo que hacemos como firma. Ya estamos preparando un curso por módulos el cual grabaremos próximamente y compartiremos con todos los interesados en adentrarse más en nuestra filosofía de diseño.
Ahora que hemos vuelto y que retomamos el acelere de cada día con todos los proyectos, entregas, diseños y eventos, agradezco profundamente haber tenido esos momentos tan especiales que nos sacaron de nuestra rutina diaria y nos brindaron un receso creativo que nos permitió poner en perspectiva nuestra vocación.
Me quedo con un muy buen sabor de boca del tiempo que hemos pasado juntos y, sobre todo, muy agradecida de tener el privilegio de convivir todos los días con este grupo tan especial de personas de las que aprendo tanto y a las que verdaderamente admiro y quiero.
Próximamente les iremos compartiendo las novedades.
¡Hasta la próxima!